Lluís y Mireia eran el matrimonio perfecto tanto a nivel personal como laboral. Con mucho trabajo y horas invertidas habían logrado abrir una clínica dental en Vilanova y otra en Vilafranca, pero la convivencia no siempre es fácil y las discusiones son cada vez más frecuentes y en beneficio del negocio, Mireia y Lluís deciden separarse.
A nivel familiar ya habían hablado en varias ocasiones de cómo lo harían si llegaba el momento. Mireia se quedaría la casa familiar y Lluís el piso de Vilanova. También tenían claro que mantendrían la custodia compartida de los niños.
Pero a nivel profesional, Mireia quiere abrirse camino a la formación y Lluís decide quedarse ambas clínicas. Y aquí es cuando empiezan los problemas… La marca de la clínica está sólo a nombre de Mireia y no se la quiere ceder a Lluís.
Ahora que apenas se hablan y no llegan a ningún acuerdo, se dan cuenta de que deberían haber firmado un pacto de socios que ayudaría a resolver los conflictos.
Pero, ¿qué es un pacto de socios? Es un acuerdo privado que firman los socios de una compañía para establecer las directrices del negocio y la relación entre los miembros (incluyendo los actuales y futuros) con la empresa. El principal objetivo de este contrato es evitar conflictos, establecer un modelo de gestión y funcionamiento interno, así como la vía para solucionar futuros conflictos.
¿Cuándo se debe hacer un pacto de socios? Siempre. Es importante hacerlo al principio, cuando se inicia un proyecto de negocio con uno o más socios, ya que marcará la hoja de ruta de cómo se organizará la sociedad. Pero naturalmente puede establecerse en cualquier momento, y en todo caso, antes de que la relación de los socios se empiece a deteriorar.
Existen distintos pactos de socios dependiendo de las necesidades o del crecimiento de la empresa, pero siempre se podrán establecer cláusulas como la titularidad de la propiedad industrial, la previsión del abandono del proyecto de un socio, la ampliación de capital , el tipo de retribución, la regulación de la entrada y salida de grupos inversores, las competencias de cada órgano o la gestión de los recursos financieros.
Está claro que cuando se decide emprender un proyecto en común, personal o laboral, se hace con la intención de que perdure en el tiempo pero el futuro es imprevisible. Por eso es mejor estar preparados y evitar sorpresas.
Penedès Econòmic – Octubre 2022